Música, maestro

Carly Simon: 77 años en cinco canciones

Carly Simon

Hoy cumple 77 años una cantante a la que le tengo un cariño especial y es que forma parte de una generación de músicos que me vuelve loca en todos los aspectos. El artículo de hoy está rescatado de este blog, ya que lo escribí en 2018 y lo vuelvo a compartir en Big Yellow Taxi para que te vayas a la cama escuchando cinco canciones nuevas. ¡Dentro texto!

Carly Simon nació el 25 de junio de 1945 en Nueva York, Estados Unidos. Empezó su carrera en el mundo de la música formando un dúo junto a su hermana Lucy, al que llamaron: The Simon Sisters. Consiguieron darse a conocer gracias a uno de sus sencillos, que apareció en las listas de éxitos locales en abril de 1964: «Winkin’ Blinkin’ and Nod»Más tarde, Lucy decidió casarse, por lo que se puso fin al dúo musical de las hermanas Simon.

A principios de los años 60, el Greenwich Village, situado en el lado oeste de Manhattan, se convirtió en lugar de reunión en el que muchos músicos se juntaban para cantar sobre temas que eran considerados como tabúes por aquel entonces; como protestar contra la guerra de Vietnam o luchar por las libertades civiles. Fue allí donde Carly Simon se encontró con Albert Grossman, conocido en la escena de la música folk y rock and roll por ser el mánager de Bob Dylan en sus primeros años.

Simon consiguió su primer éxito en 1972 con el tema «You’re So Vain», una canción que trajo mucha polémica porque, al parecer, todo el mundo sabía a quién iban dirigidas las palabras del estribillo: «You’re so vain, you probably think this song is about you / Eres tan vanidoso, que probablemente piensas que esta canción es para ti”.

Además, el hecho de que a Simon se le atribuyesen romances con otros personajes famosos como Mick Jagger o Warren Beatty, contribuyó a que la canción se convirtiera aún más en un misterio.

Tras su lanzamiento, la canción se convirtió en número uno de Billboard en países como Estados Unidos, Canadá, Irlanda o Reino Unido.

En 1972 se casa con James Taylor (que si no sabéis quién es, tenéis varios artículos dedicados a él en mi blog). Con él tuvo dos hijos: Sally Taylor y Ben Taylor, quienes también se dedican a la música.

Durante los diez años que duró su matrimonio, compartieron una vida dedicada plenamente a la música, convirtiéndose así, en una de las parejas más bonitas de la escena musical.

Uno de los duetos que más me gustan de James Taylor y Carly Simon es sin duda alguna: «Mockingbird». Publicada en 1974, esta canción forma parte de ‘Hotcakes’, uno de los álbumes más vendidos de Simon.

Llevo escuchando esta canción desde que era muy pequeña y siempre me he imaginado cantando la parte de Carly en un escenario.

En 1983 se divorcia de James Taylor y en 1987 contrae matrimonio con el escritor, poeta y hombre de negocios John Hart. La pareja se divorció en 2007.

Su mayor éxito musical durante los años 80 fue «Let the River Run», una canción escrita para la película Working Girl (1988). Por esta composición, ganó su tercer Grammy y su primer Oscar. ¡Seguro que os suena!

En 1987 publica «Coming Around Again», una canción que me encanta y que os comparto a continuación:

Y la última de las cinco canciones que quiero recomendarte es «You Can Close Your Eyes», que fue grabada para el álbum de James Taylor ‘Mudslide Slim & The Blue Horizon’. Pincha aquí para leer el artículo que escribí sobre esta maravilla de disco.

¡Feliz cumpleaños a una de las cantantes y compositoras más populares de principios de los años setenta en la escena estadounidense, además de todo un icono, una inspiración y un bellezón!

That’s all folks! Estas han sido las cinco canciones que quería compartir con vosotros de Carly Simon. Sé que faltan algunas, pero así es la vida.

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¡Nos leemos!

Marina Lozano

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5 canciones del mes

Big Yellow Taxi: febrero en 5 canciones

Ilustración de Jean Jullien.

Tulipanes. Alergias. Médicos. Pedicura roja. Recuerdos. Paseos de noche por Madrid. La luna como compañera. Pilates. Cervezas para arreglar mi mundo, que el otro es más complicado. Sorolla y su magia. Infusión de naranja y jengibre. Gatos y pelos de gato mezclados con los de mi perro en la ropa. Teatro. Ben Harper. Caminos cruzados, jueves perfecto. Ser una guiri más en Madrid con mi boina. Sacar al perro sin medias y a lo loco… algo así ha sido mi mes de febrero.

¡Hola hola! Por estas fechas, hace exactamente un año, hice mi primera compra del famoso gel hidroalcohólico, como buena hipocondriaca. La vida era tan distinta que duele un poco cada vez que Facebook o la nube del teléfono te recuerda «tu día hace un año». No, gracias. No me hace falta ningún recordatorio digital. Tengo uno que es más poderoso: mi buena memoria. Es increíble la de detalles que puedo almacenar y tirar de ellos como si nada. Mis amigos y familiares saben bien de lo que estoy hablando. Tengo un fichero mental con todos los recuerdos a buen recaudo.

Es más, este pasado viernes pero de hace un año, estuve viendo una obra que no pudo gustarme más: «Los Hombres son de Marte y las mujeres de Venus» con el actor Mauro Muñiz de Urquiza. Súper recomendable. (Yoli, si estás leyendo esto, repetiremos este plan en las próximas semanas…).

La cosa es que un año después, también fui al teatro, pero con un panorama totalmente distinto: mascarillas, medidas de seguridad, gel desinfectante y la separación entre butacas, nos acompañaron durante la función. La obra fue «Trabajos de amor perdidos» de William Shakespeare, en los Teatros Luchana, en la que actuaba mi primo Carlos. ¡Muy recomendable!

Para despedirnos de febrero, voy a compartir uno de mis poemas favoritos que refleja a la perfección las primeras veces entre dos personas; siempre con el miedo de dar un paso en falso:

Los formales y el frío, Mario Benedetti 

Quién iba a prever que el amor, ese informal
se dedicara a ellos tan formales

mientras almorzaban por primera vez
ella muy lenta y él no tanto
y hablaban con sospechosa objetividad
de grandes temas en dos volúmenes
su sonrisa, la de ella,
era como un augurio o una fábula
su mirada, la de él, tomaba nota
de cómo eran sus ojos, los de ella,
pero sus palabras, las de él,
no se enteraban de esa dulce encuesta

como siempre o como casi siempre
la política condujo a la cultura
así que por la noche concurrieron al teatro
sin tocarse una uña o un ojal
ni siquiera una hebilla o una manga
y como a la salida hacía bastante frío
y ella no tenía medias
sólo sandalias por las que asomaban
unos dedos muy blancos e indefensos
fue preciso meterse en un boliche

y ya que el mozo demoraba tanto
ellos optaron por la confidencia
extra seca y sin hielo por favor
cuando llegaron a su casa, la de ella,
ya el frío estaba en sus labios ,los de él,
de modo que ella fábula y augurio
le dio refugio y café instantáneos

una hora apenas de biografía y nostalgias
hasta que al fin sobrevino un silencio
como se sabe en estos casos es bravo
decir algo que realmente no sobre

él probó sólo falta que me quede a dormir
y ella probó por qué no te quedas
y él no me lo digas dos veces
y ella bueno por qué no te quedas
de manera que él se quedó en principio
a besar sin usura sus pies fríos, los de ella,
después ella besó sus labios, los de él,
que a esa altura ya no estaban tan fríos
y sucesivamente así
mientras los grandes temas
dormían el sueño que ellos no durmieron.

Y ahora vamos con las 5 canciones que me han acompañado durante todo febrero. ¡Dentro música!

Ben Harper – Sexual Healing: no tienen nada que ver con la de Marvin Gaye, pero esta versión me vuelve loca… Tan sexy…

Sabina – Y Sin Embargo: me gusta mucho cuando está terminando la canción con :

«Y cuando vuelves hay fiesta en la cocina.
Y baile sin orquesta y ramos de rosas con espinas
…»

Quique González – Salitre: tengo debilidad por su voz, sus letras y sus historias… Maravilla.

Carly Simon – You’re So Vain: «You probably think this song is about you… you’re so vain». Siempre me encantó su voz poderosa y firme.

Cat Stevens – If You Want To Sing Out: me despido por hoy con esta canción que es un canto a la libertad de cada uno.

La semana que viene más y mejor con J.J. Cale… ¡Que empecéis con buena letra el mes de marzo!

Por cierto: un saludo a mis lectores sudamericanos 😉

¡Nos leemos!

Un abrazo,

Marina Lozano

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