Venga, vamos a ponernos un poco nostálgicos. Como diría mi madre: ¿Ya estamos en diciembre? ¡Qué rápido pasa el tiempo! Pues sí, queda ná y meno’ para terminar el 2019 y es inevitable echar la vista atrás y ver todas las cosas que pueden ocurrir en un año.

A escasos días de ponerle el broche final a este año, me gustaría compartir con los que me estáis leyendo el siguiente texto de Alejandra G. Remón (@alejandraremon) que me sacó una sonrisa hace unos días, ya que, de una forma u otra, he vivido muchas de estas situaciones a lo largo del 2019. Espero que os guste:

Y brindemos, con la copa muy alta.
Por aquella vez que apostaron por nosotros y prometieron estar aquí para siempre hasta que un día decidieron marcharse.
Por todas esas noches de insomnio inventando mil excusas para continuar y alcanzar nuestros sueños; por las heridas que quedan por cicatrizar pero que algún día serán una simple anécdota; por las canciones que nos derrumban en los primeros tres acordes y nos dibujan una sonrisa al terminar.
Choquemos nuestras copas por los besos inesperados que nos abrieron las puertas del corazón de par y par; por las noches fugaces en las que intentamos resolver los problemas del mundo bajo unas sábanas sedientas de deseo y éxtasis pasional; por los secretos compartidos que pretenden ser eternos y las miradas húmedas que preceden a cualquier instante en el que se menciona una verdad.
Brindemos por las dudas aclaradas bajo la ducha, los silencios incómodos y las preguntas que se originaron durante el pánico inicial ; por los que nos comprenden tal y como somos; por alabar la autenticidad.
Y por seguir riéndonos de todo, por ser fieles a nuestros valores; por entender que hay muchas cosas que nos quedan por sentir y muchas situaciones por afrontar, por aprender; pero seguiremos aquí, apoyando y derrochando amor por los cuatro costados… porque es imposible vivir en un mundo en el que no se comparta AMOR.
Alcemos nuestras copas al olvido, las ilusiones, la amistad, los amantes, el coraje y la incertidumbre.
¡Larga vida a la sinceridad!

Antes de leer ese texto, tenía más o menos terminado este post con una especie de «brindis», pero al toparme con él, me pareció un buen hilo para conectar con mis palabras:

Brindemos por los amigos que están cuando te caes; las cervezas improvisadas; las risas y los llantos; los paseos por el parque con mi perro Belton; las rupturas; las personas que aparecen en tu vida y para aquellas que se han ido: «que llevéis tanta paz como dejáis»; las despedidas; las anécdotas que surgen con mis compañeros de Eventos; los viajes a la playa; los conciertos y la magia que se crea entre los músicos y tú; las croquetas de jamón; los regalices; las noches de cine con Tarantino (Yoli y yo seguimos sin pillarte el punto); las sonrisas en el Metro; las coincidencias y todas las cosas buenas que están por venir. Y sobre todo: brindemos por la música, siempre presente en los buenos y no tan buenos momentos.

Podría decir que la canción que más he podido escuchar este año ha sido «Charo» de Quique González & Los Detectives. Una de las cosas que más me llamó la atención fue la intervención de Carolina de Juan, más conocida como Nina, (seguramente os sonará porque es la cantante de Morgan). Preciosa la combinación de esas dos voces. La letra habla de una chica que llega al límite esperando a que se acuerden de ella. «He pensado en llamarte mil veces, ya sabes que sí…»

Se que me estoy adelantando a los acontecimientos, pero le decimos adiós al 2019 y solo nos queda pedir que todos los sueños y deseos que no pudimos cumplir este año, se hagan realidad en 2020. Aunque hay que poner de nuestra parte, no sirve solo con esperar el horóscopo de Esperanza Gracia 😉

«Y quien no lo sepa ya, lo aprenderá deprisa: la vida no para, no espera, no avisa…» Jorge Drexler – Inoportuna

¡Nos leemos!

Un abrazo,

Marina Lozano