
El post de hoy es totalmente distinto a lo que suelo escribir en el blog. La pasada semana estuve de viaje en Polonia para ver a mi amiga Adriana, que está de Erasmus en la ciudad de Wroclaw (Breslavia) y, en esos días, tuve la oportunidad de desplazarme a Cracovia. Mi objetivo era claro: ver Auschwitz.
Desde siempre he sentido un gran interés por la historia nazi a través de libros, películas, documentos, entrevistas a sobrevivientes… así que, estando ahí, no podía perderme la visita a ese lugar.
De esta manera, me ha parecido interesante compartir mi experiencia y las imágenes que tomé de cuando estuve ahí.
Mientras caminaba, con el corazón encogido, mi cabeza no podía parar de pensar en que, bajo mis pies, quedaban atrapadas miles y miles de historias…
A medida que iba entrando en los barracones, no daba crédito de las pilas que había de tazas, cuencos, cazos, gafas, cepillos, zapatos, maletas, pelo… Me pregunto si es necesario conservar todo eso como museo. No hay palabras para describir este sitio tan escalofriante.
Las imágenes hablan por sí solas:





Realmente impactante. Sin duda, una visita muy difícil de olvidar.
Merece la pena venir a verlo, como si de una peregrinación se tratase, para así, poder reflexionar acerca de las atrocidades del ser «humano».
«Those who do not remember the past are condemned to repeat it.»
(George Santayana)
¡Nos leemos!
Marina Lozano